La terapia chamánica proviene del chamanismo, una antigua tradición de unos 40.000 años existente en todas las culturas, que constituye la raíz de todos los modelos espirituales y de sanación que hay. El terapeuta chamánico, a través de diversas técnicas, cambia su estado de conciencia y viaja fuera del tiempo para explorar el mundo escondido, conocido también a través del mito y los sueños. Este viaje chamánico es uno de los métodos visionarios más importantes usados por la humanidad en su aventura de autodescubrimiento. Por medio de la percusión, el tradicional tambor, el terapeuta será guiado en este viaje para experimentar el estado de conciencia chamánico y acceder a la realidad no-ordinaria para solucionar problemas, sanar, obtener respuestas y conseguir cambios en la realidad ordinaria del paciente. La terapia chamánica nos ayuda a reconectarnos con nosotros mismos, los demás, la tierra y el gran misterio del que somos parte, y a encontrarnos con una fuente de verdadera felicidad.
La aparición de los chamanes se remonta a la Prehistoria, relacionada con la aparición del ser humano. En todos los periodos y lugares, la humanidad ha conocido estados de conciencia alterada estática o frenética. La capacidad de pasar, voluntariamente o no, de un estado de conciencia a otra de conciencia alterada, es una característica universal del sistema nervioso. La palabra chamán proviene de un vocablo de origen siberiano shaman que identifica hombre-dios-medicina. El vocablo tungu original shaman contiene la raíz scha, «saber», por lo que chamán significa «alguien que sabe, sabedor, que es un sabio» o expresado con términos de Carlos Castaneda «hombre de conocimiento». Ese conocimiento o sabiduría, implica de una manera o de otra, un contacto con el mundo invisible. El chamán es conocedor de otros niveles de realidad que no son percibidos si una persona no ha sido iniciada o ha nacido con una percepción ya muy acrecentada y elevada. Según el rumano Mircea Eliade el chamanismo es la técnica del éxtasis o trance, y el chamán el gran especialista del alma humana que tiene la capacidad de realizar viajes hacia la región de los espíritus y desde allí puede armonizar la realidad. El éxtasis y trance chamánico, al igual que el de ciertas tradiciones religiosas, como el samadhi budista, el fana sufí y el «estado beatífico» cristiano, es un estado de «viaje» o vuelo mágico.
MÉTODOS DE CURACIÓN CHAMÁNICOS
Recuperación de Animal de Poder
Algunas de las culturas chamánicas cuentan que en el momento de nacer venimos acompañados de nuestro Animal de Poder, quien se encarga de protegernos, darnos fuerza espiritual y mensajes que nos ayudan en nuestro camino. Nuestro Animal de Poder es nuestro Alter Ego en el mundo de las energías sutiles, es el arquetipo que mantiene limpio nuestro vínculo con la Fuente que somos. Por diversas razones, a lo largo de nuestra vida vamos perdiendo el contacto con nuestro animal, lo cual nos lleva a una disminución de nuestra fuerza, a contraer enfermedades, a sentirnos “apagados”, deprimirnos, desconectados, etc.
El chamán para poder restaurar el poder espiritual y la salud de la persona, alcanza el estado de conciencia chamánica por medio del tambor, y viaja al mundo de la energías sutiles para conectar con sus propios Maestros Guías y Aliados, quienes le conducirán y ayudarán en la recuperación del Animal de Poder del afectado y así poder restaurar su poder espiritual y salud. En este viaje, el chamán recibe información que puede resultar de suma utilidad a la persona, quien a partir de ese momento, empezará a experimentar cambios en su vida.
Técnicas de Extracción Chamánicas
Si fuéramos conscientes del poder de nuestras emociones proyectadas, probablemente seríamos más cuidadosos a la hora de manifestarlas. Cuando sentimos odio, envidia, enfado, etc. estamos emitiendo dardos que se proyectan en todas direcciones o hacia la persona por quien sentimos esa emoción. Si no hacemos un pequeño trabajo de protección a través de la visualización o verbalización, somos muy vulnerables a dichos dardos emocionales, los cuales se acumulan en distintas áreas de nuestro cuerpo emocional y, como un virus, afectan nuestro sistema inmunológico llegando a generar enfermedades. A través de la técnica de extracción, el chamán es capaz de ver, sentir y remover dichas energías, liberando así el dolor y la enfermedad espiritual que está localizada en la persona.
Recuperación de Alma
Se cree que siempre que sufrimos un trauma emocional o físico una parte de nuestra alma se escapa del cuerpo para sobrevivir a la experiencia. Los tipos de trauma que pueden causar perdida de alma en nuestra cultura sería cualquier tipo de abuso sexual, físico o emocional. Otras causas pueden ser un accidente, una guerra, un desastre natural, actuar en contra de nuestros principios, una operación quirúrgica, un divorcio o la muerte de un ser amado. Cualquier evento que cause un shock puede causar perdida de alma.
Algunos de los síntomas más comunes de pérdida de alma podrían ser: cuando una persona no se siente que está totalmente en su cuerpo, una depresión crónica, tendencias suicidas, síndrome de estrés post-traumático, problemas de inmunodeficiencia, y dolor que simplemente no sana. Las adicciones son también un signo de pérdida de alma ya que buscamos fuentes externas para rellenar los espacios vacíos internos a través de substancias, comida, relaciones, trabajo o comprando objetos materiales.
En psicología hablamos acerca de esto como disociación. Pero en psicología no hablamos acerca de qué es lo que se disocia y a dónde va esa parte. En chamanismo sabemos que una parte del alma abandona el cuerpo y va a un territorio en lo que los chamanes llaman realidad no ordinaria donde espera hasta que alguien interviene en el reino espiritual y facilita su regreso.
El objetivo perseguido mediante estas técnicas es el de facilitar la autocuración del paciente, ayudándole a adquirir conciencia y a reintegrar los elementos fragmentados del complejo mente-cuerpo. La terapia chamánica logra acceder a niveles energéticos profundos del paciente, no accesibles desde el plano ordinario, la dimensión espiritual, para solucionar problemas, sanar, obtener respuestas y conseguir cambios reales en la experiencia del paciente. El objetivo de la terapia chamánica es ayudar a reconectarse con uno mismo, los demás y el gran misterio del que somos parte, y a encontrarse con una fuente de verdadera felicidad. La verdadera esencia del chamanismo desde sus orígenes, más allá de la simple sanación de síntomas físicos, es el autodescubrimiento, descubrimiento que coincide completamente con las enseñanzas de Buda, Krishna, Jesucristo y cuya tarea fundamental consiste en regresar a la divinidad mediante el camino espiritual de conocerse a uno mismo.